Las fiestas navideñas han sido de lo más complicadas para muchos ciudadanos españoles debido a la expansión de la variante ómicron del coronavirus por todo el territorio nacional, que ha vuelto a provocar, no sólo restricciones en la gastronomia o en el ocio, sino que miles de personas hayan tenido que confinarse, y apartarse de sus familias durante estas señaladas fechas.
Una variante que no ha afectado al clan Campos en las fiestas, consiguiendo el año nuevo algo casi imposible de prever hace apenas unas semanas: la reconociliación entre las integrantes de la familia y, en concreto, de Terelu Campos y Carmen Borrego, que han hecho las paces y se han mostrado verdaderamente felices en la celebración familiar de Navidad.
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Reconciliación que ha sido celebrada por todos... excepto por Kiko Hernández, que demostraba su malestar ante la felicidad de Borrego, llegando a asegurar el colaborador que, sin conflictos familiares, la menor de las Campos ya no era 'de interés' en el plató.
"La paz con su hermana se ha cargado a Carmen Borrego" critiaba Hernández en Sálvame "Tu mejor época televisica ha sido cuando estabas a leches con tu familia. Hay un momento en la vida en el que tienes que elegir: o el trabajo, o tu familia".
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Palabras con las que el colaborador no solo ha demostrado el gran interés, personal suyo y de Telecinco, en que la guerra de las Campos continuara un poco más, sino la estrategia de "divide y vencerás" que parece ser rentable para la cadena.
Una estrategia que estarían utilizando también en el caso de Rocío Carrasco y Rocío Flores, y que habría salido muy rentable a la cadena gracias a la emisión de la docuserie 'Rocío: contar la verdad para seguir viva', así como en la ya anunciada segunda parte de la misma.
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Una rentabilidad de la que no querría despedirse la cadena, fomentando desde los platós de Sálvame y el resto de formatos la bronca entre madre e hija, intentando así que la reconciliación entre ambas sea prácticamente imposible... o al menos, que llegue lo más tarde que pueda.
Estrategia que explicaría, no sólo la emisión de la docuserie sin dar opciones a los implicados a responder, sino también la censura impuesta a los colaboradores del programa, las mentiras anunciadas por presentadores y colaboradores sobre Rocío Flores y Antonio David, etc.