Carlota Corredera no lo está pasando bien debido a las críticas intolerables que está generando su papel como presentadora de la serie documental de Rocío Carrasco
Una cosa es la crítica, y otra muy distinta el insulto, la amenaza y los malos deseos. Esto es lo que está viviendo Carlota Corredera desde que se puso al frente de la serie documental de Rocío Carrasco, 'Contar la verdad para seguir viva'.
La presentadora no está pasando una buena etapa debido a que se ha sentido indefensa ante las barbaridades que ha tenido que escuchar y leer en estas últimas semanas por ponerse del lado de Rocío Carrasco.
Inicialmente, Carlota decidió cerrar su perfil de Instagram y evitar los sucios comentarios de todos aquellos indeseables que utilizan el insulto y la amenaza para imponer su opinión. Pero ya está harta. Y ha vuelto a abrirlo para dejar clara su opinión al respecto.
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A través de Instagram, Carlota Corredera ha expresado cómo se siente después de estas semanas difíciles y ha mandado un mensaje a todas esas personas: "La Tierra es redonda y Rocío Carrasco y Rocío Flores son dos víctimas".
El mensaje de Carlota Corredera a los negacionistas de la violencia machista
"Personas que no me siguen pero que aparecen en mi perfil para insultarme, amenazarme y desearme el peor de los males; personas que me seguían y que vomitan sus opiniones mientras se lamentan de lo mucho que les he decepcionado; mujeres que reparten y retiran carnés de buenas madres; mujeres que perpetúan el machismo; hombres negacionistas en general y de la violencia de género en particular; personas que se indignan porque desactivo los comentarios de mis publicaciones porque así no pueden expulsar su bilis ni aliviar unos segundos sus miserables vidas; tengo un mensaje para tod@s vosotr@s: 'la tierra es redonda y Rocío Carrasco y Rocío Flores son dos víctimas'", ha sido el contundente mensaje de la gallega.
Carlota Corredera no lo está pasando bien, a pesar de la entereza que está demostrando públicamente. Su tarea como presentadora de la serie documental de Rociíto le genera un sabor de boca agridulce.
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Por un lado, siente orgullo por estar defendiendo lo que cree y por estar dando la cara contra el machismo. Siente que está haciendo una labor social. Por otro lado, le asusta el caldo de cultivo que se está generando alrededor de todo este asunto y el hecho de haber recibido amenazas e insultos sin ton ni son. Y eso hace que estas últimas semanas estén siendo complicadas.
Sea como sea, piensa seguir con su labor hasta el final. Nadie va a evitar por las bravas que haga lo que cree que es conveniente y sobre todo justo: contar la verdad de Rocío Carrasco y, con ella, ayudar a muchísimas mujeres que están en esa misma situación.