Si algo se ha ganado Carlota Corredera durante todos estos años ha sido el favor del público.
La presentadora se ha sincerado y ha contado cómo ha sido para ella dar el salto a la pequeña pantalla tras trabajar siempre tras ella.
Carlota cuenta su verdad
"Sé que hay que pagar peajes por salir en la tele, pero conmigo se cometieron excesos y hubo falta de empatía", empezó contando la gallega.
Carlota abandonó la cúpula de Sálvame para ponerse al frente del programa y poco después también pasó por Cámbiame sustituyendo a Marta Torné a la vez que publicaba su primer libro. Por ello ha sido duramente criticada y siempre ha callado hasta ahora.
"Se buscaba cualquier excusa para darme. Hay mucha gente que le gustaría haber tenido la oportunidad que a mí me han dado", asegura.
Dice haber trabajado muy duro para llegar hasta donde se encuentra ahora mismo. "¡Yo no he hecho nada malo!", relata. "He currado como una desgraciada desde que llegué a Madrid. Y no voy a pedir perdón porque las cosas me vayan bien. Cuando las he pasado putas, tampoco vino nadie a sacarme las castañas del fuego", insiste.
Si algún día llega el momento de decir adiós a la televisión ella lo tiene claro. "Ese día volveré a la redacción y seré feliz". "Esta no es la historia de una obsesión por conseguir a toda costa presentar".
"Vengo de las redacciones y empecé con cuatro perras en el bolsillo y las he pasado canutas, como muchas personas. Hay gente a la que le cuesta alegrarse de que te vaya bien, pero eso es problema de ellos", señala.
Tiene claro cuales han sido sus inicios y ella considera que no se le ha subido la fama a la cabeza. "Llevo cuatro años presentando, me ha cambiado la vida muchísimo y tienes que aprender a filtrar. Es imposible que no te afecten las críticas. Yo aprendo mucho de ellas. Lo leo todo. Pero lo que de verdad me preocupa es lo que diga mi gente. No puedes gustar a todo el mundo y tienes que hacer las cosas como tú consideres".
Se sincera sobre qué supuso para ella comenzar con Sálvame hace ahora 11 años. "Me daba mucha pereza hacer Sálvame. Era subdirectora de La Caja y llevaba una tralla brutal. Les dije que no quería. Estaba saturada de corazón (TNT, La Noria)... y estaba viviendo en Barcelona. Me daba pereza trabajar con Raúl (Prieto) porque habíamos tenido nuestros desencuentros -por pura pasión laboral- en Hormigas Blancas... No me apetecía nada, estaba pasando una etapa complicada. El programa comenzó por la noche y luego se hizo diario. Pasamos de 45 minutos a una hora, tres, cuatro. Y ahora cinco. El formato está muy sano y esa es la mejor noticia para los espectadores y para todas las familias que comen de él".
No se avergüenza de haber llegado hasta donde ha llegado y tampoco de lo que hoy en día se ha convertido Sálvame, programa al que defiende a capa y espada y por el que siempre dará la cara por todo lo que le ha dado y le sigue dando.