El pasado 17 de noviembre, la crisis migratoria comenzaba a desbordarse en las Islas Canarias, que recibían a más de 600 inmigrantes ilegales cada día, sin que hubiese reacciones públicas desde el ministerio del Interior de Grande-Marlaska, a pesar de las críticas y las solicitudes enviadas desde la isla.
Sin embargo, el Gobierno de España sí actuaba, según ha podido saber el diario La Razón,a la sombra de Canarias y de la opinión pública, atracando "cada cuatro días" un barco en Huelva "con inmigrantes procedentes de Canarias".
Así lo aseguran documentos internos a los que ha tenido acceso el citado diario, y que demuestran las 'mentiras' del Ejecutivo de Pedro Sánchez sobre la gestión de la inmigración en Canarias, cada vez más frecuente, numerosa y preocupante.
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Y es que este aumento de migrantes que llegan a las islas españolas responde a la presión que Marruecos pretende ejercer sobre España, con un doble objetivo político: por un lado, vengarse de las palabras del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, quien pedía hace unas semanas un referéndum para la independencia del Sáhara.
Por otro, conseguir que España reconozca la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, tal y como hace unos días hacía el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, con quien Rabat ha reforzado sus alianzas bilaterales a través de la compra de material armamentístico y los acuerdos sobre inteligencia militar y estrategia en el Mediterráneo.
"Hoy firmé un proclama reconociendo la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. ¡La propuesta de autonomía seria, creíble y realista de Marruecos es la ÚNICA base para una solución justa y duradera para la paz y la prosperidad!" ha asegurado Trump en su cuenta oficial de Twitter.
Un Pacto Nacional frente a la presión migratoria
Ante el inesperado reconocimiento de la situación del Sáhara por parte de Estados Unidos, la cumbre entre España y Marruecos. prevista para el próximo día 17 de diciembre en Rabat, ha sido aplazada hasta el mes de febrero.
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A pesar de que la versión oficial de este aplazamiento ha sido que la situación epidemiológica del país impide la celebración de la cumbre, las tensiones entre ambos países, nunca reconocidas, han sido las principales causantes de este aplazamiento repentino.
Y es que a las exigencias de Pablo Iglesias sobre el referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui se une la incomodidad de España y Francia ante el acuerdo de Rabat con Estados Unidos, así como la 'relajación' del país marroquí en sus fronteras, que ha permitido la llegada masiva de inmigrantes a las islas Canarias.
Una situación que ha sido analizada también por el líder de la oposición, Pablo Casado, que desde Badalona ha querido tender la mano a Pedro Sánchez para lograr un Pacto de Estado sobre la inmigración.
"Es necesario remar juntos" ha asegurado el popular, proponiendo hacerlo a través de una "política exterior responsable, de cooperación en países de origen y refuerzo de medios y efectivos que luchan contra este drama y sus problemas asociados en frontera".
Unas palabras de unión entre PP y PSOE que pretenden conseguir llegar a un acuerdo nacional que aborde la política de inmigración, la política exterior, y a una futura legislación alternativa contra la okupación ilegal, que provocaba en Badalona el incendio de una nave industrial okupada por decenas de inmigrantes.
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Sin embargo, las palabras del líder de los populares no han llegado exentas de críticas, ya que Casado ha recordado que las "mentiras" de Sánchez acerca del envío de inmigrantes a la península no favorecen a nadie.
"No se puede mentir sobre estos graves problemas" ha asegurado en su cuenta de Twitter "Debe asumir sus responsabilidades y dar soluciones".