El presidente de Repsol, Antonio Brufau, y al expresidente de Caixabank, Isidro Fainé, están siendo investigados por el juez Manuel García-Castellón por un presunto espionaje al expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, para tratar de frustrar una alianza con la petrolera mexicana Pemex que no les convenía. Y como suele suceder en estos casos, el excomisario Villarejo está por medio.
Los presuntos espionajes se habrían iniciado cuando Luis del Rivero intentó quedarse con "casi un tercio" de Repsol utilizando la petrolera Pemex, en esa época socio minoritario de Repsol.
Brufau detectó la jugada y se dispuso a desarticularla con el apoyo de CaixaBank, principal accionista de la petrolera, y recurriendo al hombre de moda, el excomisario José Manuel Villarejo, que, como el perejil, está en todas las salsas.
Controlar los movimientos de Del Rivero
Los hechos se remontan a 2011 y 2012. Villarejo recibió el encargo de controlar los movimientos de Del Rivero, según ha explicado El Confidencial.
Por estos hechos Anticorrupción ha conseguido que Brufau y Fainé sean investigados por "la comisión de delito de cohecho activo (...) al haber indiciariamente participado de manera directa en la contratación del investigado José Manuel Villarejo Pérez". También se observan indicios de que hubo "confluencia de intereses" y una "actuación conjunta".
También están siendo investigados los exdirectivos de Repsol Luis Suárez de Lezo, Joaquín Uris y Juan Amunátegui y al exvicepresidente y ex director general de medios de Caixabank Antonio Massanell.
García Castellón ha imputado a Brufau y Fainé por un presunto delito de cohecho por el encargo a Villarejo de espiar a Del Rivero. El precio pagado por el seguimiento al Grupo Cenyt, la empresa del comisario, sería de 389.400 euros, según indica ABC, y se responsabiliza de esa acción directamente a Antonio Brufau.