Paseando por el campo, le pareció oir unos riditos y cuando lo vió se le saltaron las lágrimas. Eran 7 cachorritos..
Debían tener unas dos semanas y vio que si no los llevaba pronto a algún lugar calentito y comian, se moririan.
Lo primero que hicieron es darles de comer con unos biberones. Los devoraron, estaban muy hambrientos.
Los acostaron en un capazo, con unas bolsas de agua caliente y se quedaron dormidos profundamente,
Al cabo de unas semanas estaban preparados para que los adoptaran. Su destino era ser felices.