Miquel Buch, el tipejo que fue identificado e imputado por montar barricadas el 1-O para no dejar pasar a los vehículos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil a los centros de votación el día del referéndum ilegal, es desde hace más de un año el encargado de mantener el orden público y de hacer respetar las leyes en Cataluña.
Como no podía ser de otra manera, Buch, ese tipo que trata a la Unidad Militar de Emergencias española como ayuda extranjera, ha vuelto ahora a meter la pata hasta el fondo.
Miquel Buch es uno de los principales responsables de la inseguridad que sufren los ciudadanos de Barcelona y ahora ha reconocido que "ha habido un error comunicativo" sobre los recursos, como el gas pimienta, que podrían emplear los Mossos d'Esquadra en protestas violentas como las previstas tras la sentencia del Tribunal Supremo por el 1-O.
En una entrevista en el 324 recogida por DonDiario, ha explicado que la voluntad del cuerpo era ser transparentes y explicar el refuerzo que ha habido en materia de mediación, pero "se ha ido comunicativamente hacia otro lado".
Posible uso del gas pimienta
Preguntado por el posible uso de gas pimienta en manifestaciones, el conseller ha afirmado que su uso es excepcional y que está autorizado su uso por el Parlament, y ha sostenido que el objetivo es "guardar la fuerza como último recurso".
Ha asegurado que la práctica 'carrusel', que consiste en dispersar manifestaciones con furgonetas a gran velocidad, "debe eliminarse", aunque ha afirmado que es una estrategia ante hechos muy graves o excepcionales.
Buch se ha abierto a realizar una "mesa de diálogo" con diputados del Parlament, periodistas y entidades en defensa de los derechos humanos, en el marco de la estrategia de transparencia de la policía catalana.
¿Qué más tiene que pasar para que dimita? ¿Cuántas veces más ha de meter la pata? ¿Cuántos muertos ha de cargar a sus espaldas para que deje el puesto y dé el relevo a alguien competente que sí proteja a todos los catalanes?