Florentino Pérez no es ajeno al papelón que está mostrando Cristiano Ronaldo esta temporada con la Juventus de Turín.
El exmadridista se ha reinventado y ahora está volviendo a su mejor nivel de juego. En la Serie A, una liga muy competitiva, la italiana, está mostrándose como un goleador. (Los pesos pesados del Real Madrid levantan la voz en el vestuario: ¡¡guerra de zascas!!)
Cristiano Ronaldo pelea por la Bota de Oro, de la que va en cabeza Lewandowski, y está a solo tres goles de Ciro Inmobile que es su gran competencia para alzar el Pichichi.
El crack portugués es la gran ancla de la Juventus de Turín para pelearle la Scudetto a la Lazio y tratar de conquistar su segundo título nacional en Italia desde que fichó por la Vecchia Signora.
Cristiano sigue dando caña
Lleva 30 goles y ha dado 7 asistencias en un total de 39 partidos (3.451 minutos jugados) y ya supera los datos que logró en la pasada temporada con la camiseta bianconera.
CR7 sumó, en la anterior campaña, un total de 28 goles y 10 asistencias en 43 partidos (3.646 minutos) y dichos datos los superará con creces en lo que resta de curso.
Cristiano Ronaldo todavía tiene 7 partidos por delante que debe disputar, como mínimo, además de la vuelta de Champions frente al Lyon. La Juventus necesita remontar, pero jugará en casa esa vuelta de la competición con el objetivo de colarse a la Final 8 de su Lisboa natal.
Florentino lo ve todavía en un nivelazo
Lo alucinante de Cristiano Ronaldo es su edad. Tiene ya 35 años y todavía sigue sumando cifras escalofriantes que lo acreditan como un potencial ganador del Balón de Oro. (Zidane aprieta los dientes por la joven estrella: ¡¡Lo quiere sí o sí en su Real Madrid que viene!!)
Florentino Pérez ya le ha confesado a los suyos que sigue alucinando con el rendimiento del de Madeira y que con esos datos todavía podría estar en la plantilla del Real Madrid.
Su tren, por las condiciones, ya pasó. Cristiano Ronaldo decidió irse del Real Madrid y en esas tendrá que seguir en la Juventus de Turín hasta que termine su contrato. El presidente blanco, sin embargo, alucina con el luso y su nivel mostrado.