Berlín denuncia el "probable envenenamiento" de un enemigo de Putin

El activista ruso Piotr Verzilov, miembro del grupo Pussy Riot que tiene en Vladimir Putin su punto de mira, habría sido envenenado según el Hospital de Berlín.

18 de Septiembre de 2018
Berlín denuncia el "probable envenenamiento" de un enemigo de Putin
Berlín denuncia el "probable envenenamiento" de un enemigo de Putin

El activista ruso Piotr Verzilov, miembro del grupo Pussy Riot, podría haber sido envenenado según ha desvelado uno de los médicos que le atiende en el hospital de Berlín. El diagnóstico del especialista indica que sus síntomas encajan de forma “muy probable” con la teoría de que ha sufrido un envenenamiento. Desde el pasado sábado, Verzilov permanece en la UCI del centro hospitalario alemán.

Es muy probable que fuese envenenado”, ha apuntado en rueda de prensa el médico responsable del caso. El doctor ha afirmado que no tiene ninguna otra explicación para lo que le ha ocurrido al activista ruso, cuya vida está completamente fuera de peligro en este momento.

Verzilov fue evacuado a la capital alemana el sábado pasado después de la pérdida repentina de la visión, el oído y la capacidad motora, según han desvelado fuentes de su entorno que cita Europa Press. Pussy Riot denunció desde el primer momento que había sufrido un envenenamiento, aunque en ningún momento señaló al presunto responsable de haberlo hecho.

El activista de 30 años se hizo famoso mundialmente al saltar al campo de juego del estadio Olímpico de Luzhniki durante la final del Mundial de Rusia del pasado verano. Junto a otras tres activistas, este hombre decidió hacerse notar en el acontecimiento más importante del mundo del fútbol a nivel internacional.

El Gobierno de Putin, su principal objetivo

Los motivos de la reivindicación fueron “la libertad de los presos políticos, detener a las personas por manifestarse pacíficamente, respetar el estado de derecho y permitir la participación política de la oposición”, según un comunicado emitido por el grupo, que tiene su punto de mira en el Gobierno de Vladimir Putin.

Los activistas que participaron en esta invasión de campo, la única brecha de seguridad que se produjo durante el mes que duró la competición, fueron condenados a 15 días de prisión y la prohibición de acudir a eventos deportivos durante un periodo de tres años. La policía rusa los acusó, además, de vestir ilegalmente uniformes policiales.

Así fue la invasión de campo de Pussy Riot durante la final del Mundial de Rusia: