El triste desenlace de Fran Álvarez ha dejado rotos a sus familiares, amigos y allegados después de que durante la tarde de este domingo se hallara su cuerpo sin vida en su casa.
Un trago que también está siendo duro para Belén Esteban con quien se casó en 2008 tras tres años de relación.
El convulso matrimonio de Fran y Belén
Fue el 27 de junio de 2008 cuando Fran y Belén se dieron el sí quiero en la ermita de San Antonio del Palacio del Negralejo. (“Con Belén Esteban hubo más momentos malos que buenos”: Las últimas entrevistas de Fran Álvarez)
A partir de entonces empezaba una nueva vida para ellos con mucha ilusión pero que poco a poco se fue truncando. Una nueva vida que sería el principio del fin para ellos ya que cuando Belén empezó a trabajar en Sálvame su vida estuvo expuesta casi al 100%.
Era difícil no asistir a una tarde lacrimógena en la que Belén no confesara lo mal que estaba su relación con su marido. La de Paracuellos desvelaba día sí y día también sus continuas crisis hasta que hizo público que Fran le había sido infiel.
El protagonista emitió un comunicado en 2010 donde reconocía haber mantenido una "relación afectiva e íntima" con una mujer y destacó que lo ocurrido se exageró" de forma malintencionada". Aseguró que no se trataba de una infidelidad ya que él seguía enamorado de Belén y su aventura ocurrió mientras ambos se daban un tiempo en su matrimonio.
Sin embargo, Belén no perdonó y aquella infidelidad sumada a las continuas crisis que vivían propiciaron que ambos acabaran firmando el divorcio un año y medio después de haberse casado.
A pesar de haberse dado una nueva oportunidad después de haberse divorciado, fue en 2013 cuando la colaboradora de Sálvame decidió romper con todo y alejarse de Fran de forma definitiva y del foco mediático para ponerse en tratamiento por sus adicciones.
La última entrevista de Fran
El camarero decidió dar un paso al frente y ofreció dos entrevistas, una televisión en el programa de 'Viva la vida' y otra en la revista 'Lecturas'.
En aquella ocasión le contó a Toñi Moreno que "Cuando me casé con Belén estaba enamorado, si no, no me caso, pero no eramos conscientes de lo que estábamos haciendo y de si iba a funcionar viviendo en pareja. En mi relación hubo más momentos malos que buenos".
"Me he sentido como un muñeco, porque cada separación que había se tenía que enterar todo el mundo. Iba al 'Deluxe' y lo contaba. No sé si Toño la picaba para que lo contara, pero... Yo no encajaba en este mundo", afirmó.
"No siento nada por ella ahora. Me alegro mucho de que esté bien y, si la veo, la saludo sin problema. No siento ni odio ni rencor. No creo que la haya hecho tanto daño para que hable tan mal de mí", acabó señalando.
En 'Lecturas' no tuvo reparos en hablar sobre la nulidad matrimonial. "No le voy a dar la nulidad a Belén. Aquella boda existió para lo bueno y lo malo, y no hay por qué borrarla", explicó.
Además confesó que se encontraba en un proceso de rehabilitación y que había vivido un año muy complicado debido al ictus que había sufrido su madre a la que encontró en casa.