Beatriz Talegón, una 'mercenaria' muy mentirosa, vendida al independentismo

Sin escrúpulos, ¡¡Beatriz Talegón puede abrazar cualquier ideología!!!

Beatriz Talegón, una 'mercenaria' muy mentirosa, vendida al independentismo
Beatriz Talegón, una 'mercenaria' muy mentirosa, vendida al independentismo

Cuando no consigues encajar en ningún sitio, puede pasarte lo mismo que a Beatriz Talegón (Madrid, 1983). Que acabes tan perdido que nadie sepa si opinas una cosa o la contraria. La ambigüedad, o mejor dicho la hipocresía, es el lugar en el que mejor se mueve la tránsfuga que abandonó el PSOE para convertirse en antisistema, volver de nuevo (temporalmente) al Partido Socialista y acabar abrazando el independentismo más radical.

Este mismo viernes fue noticia por el zasca tremendo que se llevó de parte de Javier Negre por su feminismo de pacotilla tras defender que Toni Albà llamara “puta” a Inés Arrimadas (“su feminismo distingue a mujeres de primera y segunda en función de su ideología”) o por llamar “asesino” a Sebastián Trapote, ex comisario jefe de la Policía Nacional testigo en el juicio del procés. No está de más saber los orígenes de una ‘mercenaria’ que cree haber encontrado en el separatismo su lugar en el panorama político. Nunca se sabe, quizá mañana se acabe el dinero y se dedique a dar hachazos a los golpistas con un pin de la bandera de España. (¡¡Gravísimo!! ¡¡Beatriz Talegón llama asesino al policía Sebastián Trapote, testigo en el Tribunal Supremo!!).

La historia de Bea Talegón comienza en Cascais

La trayectoria de Talegón, hoy directora de opinión de Diario 16, columnista y tertuliana, comenzó cuando el 4 de febrero de 2013 se presentó en la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas, en Cascais (Lisboa), para dar lecciones de moralidad (algo que se le ha dado siempre muy bien porque nadie tiene más ética que ella) a los líderes socialdemócratas de todo el planeta: “Os exigimos de una vez por todas que la Internacional tenga sentido. No hagáis que los jóvenes nos avergoncemos [...]. Estamos aquí comprometidos con vosotros, los mal llamados líderes, porque sois los responsables de lo que está pasando [...]. Estamos pagando las consecuencias de vuestra falta de acción o de vuestra acción”, espetó, entre otras lindezas.

Talegón saltó a la fama aquel día y se creció tanto al verse protagonista que desde entonces se ha metido en todos los fregados yendo siempre contra la corriente, la mayor parte de las ocasiones sin argumentos sólidos. El inicio de su carrera, sin embargo, se remonta a cuando tenía 22 años y se afilió al PSOE de Zapatero por su desacuerdo con la entrada de España en la Guerra de Irak durante el segundo Gobierno de José María Aznar.

En su casa jamás se hablaba de política y eso hizo, según ella, que su interés en ésta llegara tarde. Su madre se dedicaba a la confección y venta de su propia ropa, mientras que su padre trabajaba como auxiliar administrativo. Una familia humilde que consiguió darle una educación, culminada con la carrera de Derecho en la Universidad de Alcalá de Henares, unos estudios que ella misma pagó trabajando como camarera y en un restaurante de comida rápida.

Beatriz Talegón, del PSOE a fundar y abandonar su propio partido

La incongruencia ideológica de Bea Talegón le llevó a tomar la decisión de abandonar el PSOE en 2015, tras varios meses amenazando con hacerlo: “Mañana enviaré carta certificada presentando mi baja voluntaria del PSOE. Algunos se quedarán contentos. Yo, aliviada”, publicó en Twitter. La crisis griega fue el motivo por el que tomó este camino: “La gota que colma el vaso se llama engaño sistemático, se llama gran coalición. Se llama políticos apoltronados que no miran más allá de lo que les genere réditos directos sin arriesgar lo más mínimo en beneficio de los más necesitados”, apuntó, acusando a Sánchez de decir “una cosa y la contraria”.

Estén más o menos de acuerdo con esta afirmación, lo cierto es que Talegón no es la más indicada para hablar así, teniendo en cuenta que es como una veleta, capaz de fundar su propio partido político y abandonarlo una semana después. Eso fue lo que hizo con la formación que creó junto a Baltasar Garzón y Gaspar Llamazares en octubre de ese 2015, La Izquierda. Ridículo total. Y todo para volver a meterse en 2017 bajo las faldas de Sánchez, al que había calificado de “antidemocrático” y del que ha dicho barbaridades: “El PSOE ahora vuelve a ser de izquierdas. Ahora sí, llega el tiempo de volver a casa!”, publicó en Twitter. Poco después cambiaba el socialismo por un mejor postor, el independentismo. ¡Qué personaje!

Pero si no tenía bastante con la izquierda de Sánchez, Beatriz Talegón también se ha metido en líos con la izquierda más radical. Concretamente, atizó con dureza al movimiento 15-M a pesar de que, aparentemente, su postura coincidía con lo que ella pregona: “No soy muy amiga de las teorías conspiratorias, pero ya en aquel momento de ir a las manifestaciones y a las asambleas empecé a ver cosas que me hacían preocuparme, y ahora ya se dice con más fuerza: hay quien plantea que detrás de todo esto puede incluso que esté la derecha”, apuntó en una entrevista. Para no ser amiga de las conspiraciones, se coronó y tuvo que pedir perdón.

Beatriz Talegón, de la política a la televisión

Tras dejar de lado la política de forma activa, Beatriz Talegón ha adquirido relevancia como tertuliana en diferentes programas de televisión, en los que ha tenido graves enfrentamientos debido a su vehemencia y a su incapacidad para escuchar las opiniones de los demás. Habla mucho de democracia, pero es la primera que no consiente que otras personas puedan opinar diferente a ella, tal y como se vio en una salvaje bronca con Alfonso Rojo o el día que fue expulsada de 13TV por ponerse como una histérica atacando al resto de invitados.

Esa tendencia suya a faltar al respeto a los demás le ha costado incluso algún que otro problema con la justicia. El pasado verano de 2018, sin ir más lejos, fue condenada por la Audiencia de Guadalajara a pagar una multa de 1.500 euros por difamación tras llamar “chorizo” a José García Salinas, el alcalde de Cabanillas del Campo, localidad de la que fue concejala con el PSOE entre 2007 y 2008.

Otro que emprendió acciones legales contra ella fue Cake Minuesa, periodista que fue agredido en Barcelona durante las protestas contra la celebración del Consejo de Ministros del pasado 21 de diciembre en la ciudad condal. Talegón tuvo la desfachatez de asegurar que la agresión era un montaje y que el reportero de Ok Diario lo había preparado todo junto a un simpatizante de Vox. Una auténtica barbaridad por la que probablemente también tendrá que pagar. (¿Cómo se puede ser tan cínica y miserable? La bochornosa acusación de Talegón a Cake Minuesa).

Beatriz Talegón: “Le daría un abrazo a Carles Puigdemont”

Todo por defender al independentismo, que en los últimos tiempos se ha convertido en su forma de vida, en su sustento. Hasta el punto de que forma parte del foro constituyente de Cataluña liderado por Lluís Llach y se ha convertido en la fan número 1 de Carles Puigdemont: “Me genera una simpatía tremenda. Y no es tanto personal sino una cuestión por encima de lo ideológico. Eso es lo que me ha generado simpatía. Veo lo que defiende este señor, por lo que se la está jugando, como Junqueras, Forn y los Jordis, y va más allá de la independencia, que no es mi causa. Se trata de democracia, que sí es mi causa. Puigdemont es independentista desde que tenía 15 años. Me parece coherente; no lo veo un corrupto ni un seta como otros a los que no daría un abrazo. Pero a él sí se lo daría”. ¡Que no es corrupto! ¡Es para descojonarse!

“Podrás no estar de acuerdo con la independencia catalana. Ahora bien: no me digas que no tienes envidia del nivelazo de los políticos catalanes soberanistas: la formación, los idiomas, la educación, la manera de expresarse. Como los Vascos. Ya sé que os jode. Pero... hay nivel”, aseguraba hace solo unos días Bea Talegón en Twitter. Y así una detrás de otra. Es la bien pagada del independentismo, una mercenaria en toda regla. Mentirosa, intolerante y capaz de publicar bulos como verdades con tal de lograr sus objetivos. ¡Una persona sin escrúpulos y una política frustrada que ha pasado de gran promesa de la política a caer en el pozo del fracaso total!