La brutal persecución de Nicolás Maduro a sus opositores está provocando un colapso de las cárceles venezolanas, donde el hacinamiento de presos políticos es patente y está siendo denunciado por diferentes grupos internacionales de oposición al régimen.
Debido a este aumento de presos políticos, en Venezuela están en auge las celdas clandestinas, muchas de las cuales son antiguas casas residenciales confiscadas al narcotráfico y que ahora se utilizan como centro de tortura contra los opositores políticos de Maduro.
La última víctima conocida del régimen es el general Raúl Baduel, preso sin justificación desde hace 10 años por Hugo Chávez y cuya condena Maduro convirtió en permanente. Ahora, la hija menor del general, Andreína Baduel, ha afirmado que su padre que ha sido secuestrado de “La Tumba del Sebín” y ahora se encuentra en paradero desconocido.
Según ha afirmado Andreína al periódico ABC, “ninguno de sus carceleros asume dónde se encuentra ahora. Unos lo niegan y otros confirman que ya no se encuentra en el Sebin. Esto es una desaparición forzada y un secuestro. Tenemos que estar recorriendo todas los centros penitenciarios para localizarlo y en ninguno nos dan una respuesta”.
En esta misma situación de desaparecidos o secuestrados se encuentran opositores al régimen como Juan Requesens y Gilber Caro, ambos diputados, así como el primer vicepresidente Edgar Zambrano.
La tortura presente en las celdas clandestinas
La ONG de Provea (Programa Venezolano de Educación y Acción en los Derechos Humanos) ha denunciado que estas celdas “Son controladas por los paramilitares de los colectivos chavistas que trasladan a los presos tapados con pasamontañas en la noche para que nadie los identifique”.
Celdas en las que se promueve la tortura física y mental. Es el caso de “La Tumba” celda clandestina de máxima seguridad del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional), que cuenta con siete celdas bajo la superficie, sin luz natural, con temperaturas de 10 grados.
La directora del Instituto Casla, Tamara Sujú, ha confirmado que es en estas celdas donde “ Militares han sido colgados, golpeados, atados de pies y manos, encapuchados por días, tirados en el piso sin darles agua y comida”
También la activista Mamá Lis, que estuvo presa en 2017, ha confirmado estas prácticas ilegales contra los opositores de Maduro, y no duda en afirmar que "los presos políticos son torturados, la gente desaparece y después nos enteramos que habían sido trasladados a unas celdas clandestinas aislados durante varios días. Eso lo hacen para amedrentar y confundir. Si no los agreden entonces les aplican la tortura psicológica para quebrarlos".