Pere Aragonés, presidente de la Generalitat de Cataluña, ha reculado y ha admitido que las palabras del ex comisario José Luis Villarejo culpando al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de los atentados del 17 de agosto de 2017 hay que recogerlas con precaución ya que carecen de pruebas.
Hace unas horas, el presidente de la Generalitat de Cataluña ha lanzado una amenaza velada a España tras las palabras de Villarejo. "El 17-A fue una barbarie que nos ha marcado para siempre. Y si las palabras de Villarejo son ciertas, son necesarias explicaciones ya. Conocemos bien cómo funcionan las cloacas del Estado, por eso exigimos que se investigue para esclarecer la verdad".
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"Asimismo, he pedido a los servicios jurídicos de la Generalidad que estudien estas declaraciones y las acciones legales pertinentes que puedan emprenderse. Por la verdad. Por las víctimas, por los catalanes y catalanas y por todos los que estamos del lado de la paz y la democracia", ha añadido.
Ahora, Pere Aragonés ha reculado ya que no hay pruebas de que las palabras de Villarejo sean ciertas. Por esa razón. y ante la posibilidad de graves represalias, el presidente de la Generalitat ha decidido dar marcha atrás a su discurso y dudar de las declaraciones del ex comisario.
"La credibilidad del personaje es la que es, se define por si misma, pero hay unas declaraciones en sede judicial graves, la mejor forma es desmentirlas con transparencia en una comisión de investigación", ha dicho ahora Pere Aragonés sobre las graves acusaciones de Villarejo contra el CNI.
"No entro a especular ni acusar si no hay pruebas. Villarejo utiliza una estrategia judicial. No quiero dar veracidad, pero hay que exigir transparencia. Lo que no puede hacerse es decir que aquí no ha pasado nada. Ha chantajeado, con información veraz, a personas importante del mundo político y económico", ha comentado.
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El independentismo y su lista interminable de erorres en el 17-A
El independentismo tiene mucho que callar sobre los atentados del 17-A. Se cometieron una larga lista de errores que permitieron a los terroristas llevar a cabo su plan. El miércoles 16 de Agosto se produce una explosión enorme en un chalet de Alcanar que se escuchó a varios kilómetros a la redonda y los Mossos determinaron que era "accidental" y no dejaron investigar a la Guardia Civil.
En la casa de Alcanar aparecieron más de cien bombonas de butano y varias de acetileno y los vecinos aseguraron que estaba ocupada por varios árabes pero los Mossos no dieron importancia a estos detalles. Uno de los ocupantes de la casa resultó herido y fue trasladado al hospital. Nadie le interrogó ni se le detuvo.
Ya después del atentado de Barcelona descubrieron en la casa restos de triperóxido de triacetona (TATP), el explosivo usado por las células yihadistas. El día antes no se percataron de ello. Asimismo, la furgoneta entró en Las Ramblas para cometer el atentado porque los Mossos y la alcaldesa de Barcelona se negaron a la instalación de bolardos.
Asimismo, ningún agente de los Mossos fue capaz de interceptar al terrorista que iba en la furgoneta cuando se bajó del vehículo. De hecho logró secuestrar otro coche y asesinar a su ocupante. Estos fueron, entre otros, los errores que cometieron los separatistas y agentes de la policía catalana y que pudieron evitar la tragedia.