Su programa Al Rojo Vivo acaba de ser premiado por la revista Men’s Health pero asegura que no se siente “referente de nada” y señala que tiene un equipo fantástico detrás. Este lunes estrena un documental sobre el narcotráfico en España. En una extensa entrevista en LOC, Antonio García Ferreras ha dejado claro que es “español y rojo sí. Independentista ya digo que no”. No ha escatimado halagos cuando habla de Ana Pastor, su pareja desde hace diez años y con quien tiene un hijo, Simón de 10 años. También tiene una hija, Carlota, fruto de una relación anterior.
"Me gustaría que la democracia española fuese un poquito más aburrida, pero ahora es la que es. Y tenemos una ventaja: hay unos guionistas que escriben la actualidad de la política como nadie. Son capaces de dar un giro imprevisible y hacen apasionante la actualidad. Los políticos”.
Añade que “no solo los políticos deciden lo que pasa": "También hay jueces. Algunos sientan a cómicos en el banquillo por hacer gags en televisión”. Siguiendo el hilo de la justicia y al preguntarle qué opina del caso de Dani Mateo, cree que "es una fragilidad democrática, una falta de madurez... Es surrealista. Un sketch te puede gustar o no... A mí no me hace especialmente gracia que alguien se ría de la bandera española, pero no creo que sea como para sentar a alguien en el banquillo. Un cómico o payaso tiene derecho a mofarse. Los bufones ponen ese espejo deforme delante para que realmente sepamos cómo somos”.
En Al Rojo Vivo es muy apasionado, pero dice que “lo que me da equilibrio y sentido a mi vida es la pasión. Mis hijos dicen que los debates que hay en casa, políticos o periodísticos, son bastante más potentes que los que hay en la tele. Dicen que tendríamos que retransmitirlos”.
De Ana Pastor dice: “Debatimos muchísimo de política porque, además, no pensamos lo mismo. Tenemos ideas distintas”. “Ella, sobre todo, me ayuda a mí. Me contiene en todos los sentidos, en el humano y en el profesional. Además, me gusta que su mirada crítica la aplique respecto a mi trabajo”.
Cuando ya vivían juntos añade: “Antes éramos mucho más competitivos, como cuando ella estaba en otra cadena. Evidentemente, nos ocultábamos qué entrevistas íbamos a hacer o de qué personajes estábamos detrás". “Ahora está todo muy tamizado, pero ha habido momentos de mucha competencia”, ha explicado.
Cuando le preguntan qué piensan sus hijos, cuenta que: “Lo viven con naturalidad. Solamente soy un periodista”. “Sobre todo, reaccionan cuando ven a José Mota o Raúl Pérez imitándome. Más que ver al auténtico en Al rojo vivo, lo que les fascina es ver a los imitadores en televisión”.
De los programas de corazón, opina: ”No es mi especialidad. Entiendo que el ser humano tiene una irresistible atracción hacia lo morboso, pero, en ese caso, no soy humano”.
En cuanto a si Ana Pastor y él van a casarse, es tajante en su respuesta: “Ni se ha contemplado. Es todo natural. Además, cuando tienes hijos, la alianza es potente y sagrada, sin necesidad de alguna ceremonia”.
Preguntado sobre lo que opina de las recientes mofas a Don Juan Carlos en Galicia, responde: “Tampoco me pareció significativo. Cuando eres alguien conocido hay gente a la que le caes bien y otra a la que no. En este país, hay gente que cree que el Rey Juan Carlos ha hecho un gran trabajo y otra que es más crítica... Pero lo de mofarme de la gente... No me gusta demasiado, pero por falta de respeto. Otra cosa son los cómicos o los payasos”.
Añade, además, lo siguiente: "Cuando sales en la tele y, además, cuando haces un periodismo como el mío, que intenta mojarse y ser incómodo, siempre hay alguien... Gente que no está de acuerdo con tu línea y le da igual que vayas con tu hijo”. “Es curioso porque en Cataluña me han llegado a llamar 'botifler, fascista y español'. Hombre, botifler no, porque soy republicano... ¿Fascista? Presento Al Rojo Vivo... Y español, sí. Además, me considero patriota. En Madrid me han llamado rojo, que sí, e independentista, que ya les digo que no”.