Rocío Flores ha saltado a la fama de forma repentina, aunque ya todos la conocíamos por ser 'hija de' y 'nieta de'. Su paso por Supervivientes 2020 ha dado mucho de qué hablar y son muchos los compañeros de reality que la tienen cariño, luego están los que no han conseguido llevarse del todo bien con ella.
Es el caso de Yiya, que durante sus últimos días en Honduras decidió tener buena relación con ella y olvidar los problemas surgidos al principio... pero, ahora, ha querido arremeter en contra de su padre por todo lo que dijo de ella cuando estaba en el concurso.
Sobre la exclusiva que ha dado Rocío Flores en ¡HOLA! Yiya no quiere hacer ningún comentario: "No la he visto, me lo han dicho, me abstengo de hablar de Rocío, prefiero hablar de su padre", ha dicho en exclusiva para Europa Press.
Y es que parece ser que la concursante tiene guardado todo lo que dijo de ella mientras que estaba sumergida en la aventura de Supervivientes: "Él hizo referencia a la educación que me habían dado mis padres, le invitaría a que practicara ese mismo concepto. La altanería y chulería que llevaba su hija en la isla se lo debe a la educación que él le ha dado".
Tira con bala contra Antonio David
Yiya se ha mostrado muy molesta por un comentario que Antonio David hizo en los platós, en el que afirmaba que tenía envidia del apellido y de la saga de dónde venía su hija. (Rocío Flores, destrozada por lo que ha contado Kiko Hernández sobre Antonio David. ¿Se lo podrá perdonar?).
A todo esto, la concursante asegura que: "Le animo a que se informe de dónde vienen los Guillén, probablemente él decidiese poner la semillita en los Jurado porque no le bastaba con su apellido solo, o porque los Flores no tenían nada que ver con la saga de Lola Flores".
Mucho se ha hablado durante años de cómo ha sido Antonio David como padre con sus hijos, bien pues Yiya asegura que el lastre que tiene Rocío Flores no es su madre, es su padre.
Está claro que esa nube que empapa al colaborador cuando revienta, va a seguir estallando muchos años más, porque es la única bala que tienen sus 'enemigos' públicos para hacerle daño.