- Anécdota de Calígula:
Cuenta Suetonio, historiador y biógrafo romano que, Calígula, uno de los más temibles emperadores de Roma se encontraba decidiendo de entre toda una fila de hombres quién habrían de ser castigados y llevados a ser despedazados ante las fieras. Se fijó que había dos que no tenían pelo, el primero y el último y Calígula solo dijo: “Calvo ad Calvum”, de calvo a calvo, frase histórica que ha quedado con el significado de “todos, del primero al último"
- Anécdota divertida de Mozart:
Siendo Mozart aun un adolescente, aunque ya virtuoso, se le acercó un joven de su edad y le preguntó cómo se componía una sinfonía.
Mozart le contestó que tenía que aprender durante muchos años para siquiera intentarlo.
El muchacho, enfadado con la respuesta le dijo:
-Pero tú ya componías a los diez años.
Mozart, sin torcer el gesto contestó:
- Sí, pero no tenía que preguntar cómo.
- Anécdota de Alejandro Dumas:
El hijo de Alejandro Dumas decía de su padre, que era mulato.
-Es tan vanidoso que sería capaz de sentarse en la parte de atrás de su coche para hacer creer a la gente que tiene un criado negro.
- Más anécdotas de Dumas:
El mismo Alejandro Dumas hijo estaba un día con una amiga que le comentaba:
- Debe ser desagradable para usted ver que su padre tiene costumbres tan relajadas.
- No señora, porque lo que no me sirve de ejemplo, me sirve de excusa.
- Anécdota corta de Einstein:
Se dice que Albert Einstein no habló hasta los cuatro años y sus padres estaban muy preocupados, pero una noche, durante la cena, por fin articuló palabra y dijo:
- "La sopa está demasiado caliente".
Sus padres sorprendidos, le preguntaron por qué no había hablado antes y él respondió:
- "Por que todo estaba en orden".
- Anécdota graciosa de Picasso:
Un buen día, una señora preguntó a Picasso:
- ¿Cómo puede pintar así?
- Pinto lo que veo, señora, respondió Picasso.
- "Lástima que no vea lo que pinta, comentó la señora sin inmutarse".
- Anécdota ingeniosa de Albert Einstein:
Un día, un periodista estaba entrevistando al genio Albert Einstein y no se le ocurre otra cosa que decirle:
- ¿Me podría explicar la teoría de la relatividad?
Einstein, con su particular sentido del humor le dijo:
- ¿Me puede explicar usted cómo se fríe un huevo?
- Por supuesto, contestó el periodista.
- De acuerdo, ahora hágalo imaginando que no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego".