Andréi Chikatilo, 'El Destripador Rojo': el asesino que desató el pánico en la Unión Soviética

Este brutal criminal ha aterrorizado durante muchos años a la población rusa

06 de Junio de 2022
Andréi Chikatilo, 'El Destripador Rojo': el asesino que desató el pánico en la Unión Soviética
Andréi Chikatilo, 'El Destripador Rojo': el asesino que desató el pánico en la Unión Soviética

Andréi Chikatilo es uno de los nombres que quedarán grabados para siempre en la Historia de la Humanidad. Este asesino en serie, conocido por sus brutales crímenes fue ejecutado en 1994 debido a su atroz cadena de actuación, que arrebató más de medio centenar de vidas y aterrorizó a la población soviética, que ya vivía oprimida bajo el férreo e implacable yugo del comunismo.

Durante más de diez años, Chikatilo no tuvo reparo en mutilar, asesinar y violar a más de 55 mujeres y niños, una parte de la población especialmente delicada e indefensa ante la corpulencia y violencia con la que Chikatilo realizaba sus atroces crímenes. Sus andanzas criminales comenzaron en 1978, cuando sus frustraciones sexuales desaparecieron.

Ese año, había llevado a una niña a una cabaña apartada para abusar de ella. Mientras la desvestía, sufrió un arañazo del que brotó sangre, lo que provocó una erección en Chikatilo, quien rápidamente entendió que ese era el remedio que tantos años había estado buscando para solucionar su impotencia y que tantos problemas le había causado en sus relaciones personales, pues más de una había fracasado debido a su problema.

Comenzó así un reguero de cadáveres cuya única motivación era el placer para Chikatilo. Las mutilaciones, asesinatos y violaciones eran simplemente por la búsqueda de placer para 'El Destripador Rojo', que tenía aterrorizados a las mujeres y a los menores soviéticos, indefensos ante este asesino en serie por un régimen corrupto e inoperante que estaba centrado en la persecución de entelequias irrealizables.

La constante búsqueda del orgasmo de Chikatilo provocó la muerte de más de cincuenta personas, y todas sufrían los mismos métodos de asalto: puñaladas, mordiscos, asaltos sexuales y mutilaciones que provocaban gritos de terror y auxilio que satisfacían la mente depravada de este asesino en serie. En sus años finales, recurrió al canibalismo y la extirpación de los genitales como trofeos, que guardaba en un lugar privilegiado de su domicilio.

Finalmente fue arrestado por sus vomitivos crímenes y juzgado en abril de 1992 por todos los que había confesado: hasta 56 víctimas habían tenido el reconocimiento de Chikatilo, aunque solo fuera juzgado por 53 de ellos. Sin embargo, las atrocidades de una mente totalmente enferma y depravada como la de Chikatilo solo podían tener una salida: la pena de muerte. Este método le fue aplicado dos años después del inicio de su causa penal, poniendo fin así a una de las páginas más negras de la historia de la Humanidad.