El Real Madrid volvió a patinar (y ya van dos veces consecutivas) en un nuevo partido de Liga. Primero contra el Villarreal, en casa, en un partido en el que se vivió con impotencia contra el conjunto de Unai Emery, bien plantado, en el Santiago Bernabéu. Después se tropezó contra el Sheriff en un partido accidental. Se tiró 30 veces a portería y los moldavos, en dos disparos, encontraron petróleo y ganaron.
Esos dos partidos bien se podrían excusar... pero el de ayer en Barcelona no tiene perdón. El Real Madrid perdió 2-1 contra el Espanyol por culpa de un ataque de entrenador, el de Carlo Ancelotti, que lanzó una alineación, nuevamente, descolocando a sus jugadores sobre el terreno de juego.
Optó por un 4-4-2 y en ataque era un 4-3-3 con Eduardo Camavinga como extremo izquierdo y con Vinicius Júnior como extremo derecho, por momentos, pese a que por ese lado es otro futbolista totalmente distinto. No estaba Casemiro de inicio, además, y se firmó un descalabro de primera mitad. Imperdonable.
El recién ascendido puso contra las cuerdas a los madridistas, con un 2-0, y solo se salvó de la quema Benzema, a pesar de que también jugaba lejos de la zona del área en la que suele crear peligro. Ancelotti firmó un despropósito y la crítica ya le acecha. Él mismo es el primer consciente de ello.
"Estoy de acuerdo, hemos jugado mal, no hay mucho que decir. Hemos empezado con una idea ofensiva/defensiva y después del gol encajado no mantuvimos la calma en la idea. Estuvimos confusos y el equipo no estaba bien posicionado. Tengo que ser honesto, es el peor partido, ahora tenemos el parón y en este momento es mejor jugar pronto. Tenemos que reflexionar sobre lo que ha pasado y qué ha cambiado en una semana para seguir adelante".
"La derrota no es un accidente. Hemos merecido perder. La reacción llegó demasiado tarde. Dos derrotas no es costumbre en nuestro club y tenemos que tomar remedio para intentar mejorar de los errores que hemos hecho hoy", comentó Carletto en su particular análisis en la sala de prensa del RCDE Stadium.
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Raúl, en la recámara
Desde la directiva saben que la 'bala' de Ancelotti podría terminar quemándose si no arregla, de forma inminente, su situación deportiva. Todo se ha torcido por tres tropiezos y algunos ya empiezan a impacientarse. Es muy temprano para tomar medidas, pero el calendario no perdona.
Los próximos partidos serán ante el Shakhtar Donetsk y contra el FC Barcelona en el Clásico del Camp Nou. Dos duelos para pegar un puñetazo sobre la mesa y retomar la situación... o hundirse. Y Raúl, por si las moscas, ya está en la recámara para coger el testigo del técnico italiano.
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