Le ha salido del alma a Ana Rosa Quintana: "¡A Quim Torra sólo le puede juzgar Dios!". Ha sido su reacción cuando el colaborador que informaba en su programa sobre el juicio a Torra ha informado que el presidente de la Generalitat no reconoce a la JEC autoridad en el escalafón institucional para cuestionar las decisiones del presidente de la Generalitat.
¿Quién se ha creido que es Quim Torra, que piensa que está por encima de la Ley? La propia Ana Rosa ha recordado que esa Junta Electoral Central llamó la atención e incluso multó a Pedro Sánchez por entender que en peiodo electoral no podía ofrecer ruedas de prensa desde La Moncloa como presidente del Gobierno.
Y se ha preguntado Ana Rosa: "¿Es más el presidente de la Generalitat que el presidente del gobierno de la nación?" Lo cierto es que la actitud de Torra ha encrespado los ánimos en el plató de Telecinco.
Torra, que ha contestado en catalán al jurado que le hablaba en castellano y que sólo ha respondido a las preguntas de su defensa, negandose a contestar a la Fiscalía y a Vox, ha intentado montar un míting politico descalificando a Vox, como "lo peor del fascismo", hecho que ha obligado al juez a llamarle la atención.
El afán de protagonismo de Torra
Pero Torra va por libre, de ahí que se haya querellado contra la JEC por prevaricación según su entender. Torra entiende que jerárgicamente la JEC no está por encima suyo y sostiene que se ha vulnerado su presunción de inocencia.
Curiosamente, al tratarse de un juicio menor, Torra no estaba obligado a personarse físicamente en el juicio. Bastaba con que acudieran a la cita sus abogados, pero Torra no desaprovecha ninguna oportunidad que le brionda el escenario político para protagonizar su spot permanente de desafío constante contra el estado español. Torra acusa al estado e interpretar su papel favorito, de mártir.
Y como ya se ha declarado culpable, en un claro ejemplo de chulería, que nadie descarte elecciones en primavera, porque su inhabilitación es una evidencia.