En el programa de Carlos Herrera en la COPE, el periodista Albert Soler ha desnudado las vergüenzas de la vidorra que se pega el fugado Carles Puigdemont en su mansión de Waterloo.
"El hombre, se dice exiliado, y vive con su corte de cuatro o cinco en Waterloo, dando conferencias aquí y allá, y de vez en cuando sus fieles le van dando limosna", ha explicado Soler a Herrera.
Jami Matamala, el amigo de Puigdemont y ahora senador, fue recibido en Girona "como Jesús en Jerusalén. Su hija se metió conmigo, pero yo sólo dije la verdad: este hombre vino cuando quiso", ha criticado.
Albert Soler ha criticado que "este hombre, si estuvo un año y medio fuera, sin verlo, fue porque al tío no le daba la gana de estar con la familia. Debería preferir estar con Puigdemont. A mí que su hija no me culpe", ha sentenciado.
"Me pareció un tipo bastante normal"
Preguntado por Herrera sobre cómo fue trabajar con Carles Puigdemont, Soler ha explicado que coincidió en El Punt y ha confesado que "me gustaría decir que entonces ya daba síntomas de estar como una regadera... y no era así. Esto se le ha manifestado más tarde, a mí me pareció un tipo bastante normal".
Albert Soler también ha detallado "lo más extraño" que vivió cuando trabajaba en El Punt: "la novieta de Puigdemont, que era corresponsal en Girona de otro diario, rondaba por la redacción copiando lo que hacíamos nosotros. A los redactores no nos gustaba mucho, pero era la novia del jefe".