El Real Madrid se enfrenta en las próximas semanas a un calendario a priori asequible, lo cuál no quiere decir que sea el camino más cómodo para los blancos.
El equipo de Zinedine Zidane ha demostrado en los últimos días que se desenvuelve mejor en partidos grandes que contra equipos a los que en teoría debería ganar con más facilidad.
Zidane dio un puñetazo sobre la mesa: ¿y los que pedían su destitución?
Así, el calendario es un arma de doble filo para los madridistas en las próximas semanas, ya que hasta el 28 de febrero el Madrid solo se enfrentará a dos equipos de la Liga que estén actualmente en la primera mitad de la clasificación.
Más allá del Granada (séptimo) y el Valencia (décimo), el resto de los rivales ligueros del Madrid están en la lucha por salir de la zona peligrosa de la tabla o en la lucha por alejarse de estas posiciones.
Los rivales del equipo blanco
De este modo, el conjunto madridista se tiene que enfrentar en las próximas semanas a nueve de los diez últimos clasificados de la Liga, además de los ya mencionados Granada y Valencia.
Estos equipos son Athletic, Eibar, Elche, Celta, Osasuna, Alavés, Levante, Huesca y Valladolid. A priori, los blancos deberían estar contentos porque antes de volver a jugar la Liga de Campeones podrían comerle terreno al Atlético e intentar recuperar el liderato.
No obstante, Zidane tiene claro que estos partidos son tan difíciles o más como los que le miden con rivales directos. El equipo ha demostrado ya este año que estos rivales le cuestan mucho más.
Zinedine Zidane tiene por delante un trabajo de motivación imprescindible para que los jugadores estén en su mejor nivel para sacar el mayor número de puntos posibles en estos encuentros, que son los que a la postre dan o quitan Ligas.