Desde los tiempos de Jordi Pujol, el catalán es una herramienta de nacionalización y por ello la imposición del catalán como lengua única en las aulas ha sido uno de los pilares del nacionalismo.
Desde los inicios del nacionalismo catalán en los años 80, con un discurso victimista, se ha dicho que el catalán “és a punt de desaparèixer” (‘está a punto de desaparecer’).
Con esta excusa se ha expulsado al castellano de las escuelas catalanas.
Defienden la inmersión pero no la practican
Sin embargo, algunos independentistas radicales, como es el caso del portavoz del mal llamado ‘Tsunami Democràtic’, Pep Guardiola, defienden la inmersión lingüística pero no la practican en casa.
Y es que han desvelado que Guardiola lleva a sus hijos a una escuela trilingüe internacional de Barcelona.
Guardiola, que sufre la ‘represión’ de la democracia española pero está encantado con la dictadura catarí, lleva a sus hijos a la escuela internacional Benjamin Franklin de Sarria (Barcelona), donde el inglés manda, el castellano se aprende correctamente y el catalán tiene un papel residual.
La inmersión para los pobres debe pensar Pep Guardiola, pero su caso no es el único.
Y es que la lista de indepes hipócritas es extensa.
Nacionalistas con careta
Artur Mas estudió en el Liceo Francés y llevó a sus hijos al Aula, escuela cuatrilingüe donde no se aplica la inmersión.
Oriol Junqueras estudió en el Liceo Italiano y sus hijos han hecho lo propio. En el Liceo Italiano no se aplica la inmersión.
La hija de ‘musa trasnochada del procés’ Pilar Rahola envió a su hija a estudiar en un colegio de élite en Suiza, donde lógicamente no se aplica la inmersión.
Cuatro ejemplos de nacionalismo de pandereta que demuestra que la inmersión es para los que no se pueden pagar una escuela privada internacional.