Este sábado, el movimiento independentista catalán salía a la calle para defender la inmersión lingüística catalana, es decir, el supremacismo de la lengua autonómica en las escuelas, a través de una manifestación pacífica que recorría algunas de las principales calles de Barcelona.
Una concentración que comenzaba sobre las 11 de la mañana con el lema "ahora y siempre la escuela en catalán", siendo liderada por Omnium Cultural, con Jordi Cuixart a la cabeza, y con la presencia de políticos como Laura Borràs o Jèssica Albiach, así como representantes de ERC, la CUP o los sindicatos.
"Estamos aquí un día más para defender lo que no haría falta defender, que es la escuela en catalán" ha destacado la presidenta del Parlament, que ha cargado contra España y los constitucionalistas con argumentos torticeros: "no domina el idioma de la diversidad, del respeto de los consensos y de la riqueza, ya que el único idioma que domina es el idioma de la imposición" ha criticado, señalando que la sentencia del TSJC es una "ofensiva del nacionalismo español que quiere utilizar el catalan para rascar cuatro votos fuera de Cataluña".
Unas consignas secesionistas de odio hacia todo lo español que no son nuevas, y que también se han podido ver en pancartas de "fuera colonos" y "fuera botiflers" durante la manifestación.
Los números de la Guardia Urbana mienten
Según las cifras ofrecidas por la Guardia Urbana de Ada Colau, cuyo partido ha participado en la manifestación, cerca de 35.000 personas se habrían manifestadoe este sábado, conformando esa "marea verde" a favor de la educación en catalán.
Sin embargo, según las imágenes proporcionadas por Google Earth, así como testigos de la manifestación que han hablado con Dolça Catalunya, la realidad es muy distinta: "a la hora de la manifestación había entre 2.000 y 4.000 personas" destacan.
Una diferencia, de más de 31.000 asistentes, que vuelve a demostrar la caída en picado del apoyo de la ciudadanía catalana al movimiento supremacista de los indepes, que cada vez comprueban que su proyecto fascista apenas es seguido por un puñado de radicales.
Del mismo modo, la variación de las cifras reales con las ofrecidas desde las instituciones públicas, demuestran los continuos engaños de las instituciones independentistas hacia la ciudadanía, que se suceden desde 2014, año de la última manifestación a favor de la escuela catalana, donde acudieron unas 25.000 personas, a pesar de que los organizadores aseguraron que habían alcanzado la barrera de los 100.000 asistentes.