Las excentricidades de Ada Colau no han pasado desapercibidas para los habitantes de Barcelona: Belenes inexplicables, esculturas caras y de mal gusto, negativa a la entrada de inversiones extranjeras a la capital (como en el caso del proyecto del Hermitage en la Ciudad Condal)... acciones que se unen a la nefasta gestión de la pandemia por parte del Ejecutivo de la podemita, que han cansado a la ciudadanía barcelonesa.
Así pues, el barómetro del Ayuntamiento de Barcelona ha suspendido, por cuarta vez consecutiva, a la alcaldesa, con una nota de 4,7 sobre 10; en total, un 39,2% de los 800 encuestados cree que la gestión del Gobierno de Colau es mala o muy mala.
Unas cifras que el concejal de Presidencia, Jordi Martí Grau, a querido infravalorar ante los medios "al ser respuestas espontáneas", asegurando que dentro de la gestión municipal "entran muchas cosas" que no han sido valoradas en este barómetro.
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Sin embargo, los datos aportados no engañan: Colau, según el sondeo, no volvería a dirigir la Ciudad Condal, siendo ERC la fuerza más votada en unos futuros comicios, con una intención directa del voto del 13,8%, seguido de Barcelona en Común, con un 12,3%, y el PSC con un 9,6%.
Ada Colau, el segundo problema para los barceloneses
Pero este suspenso a la alcaldesa no ha sido el único varapalo que la ciudadanía barcelonesa ha dado a Ada Colau: y es que, además, el sondeo ha reflejado que los ciudadanos de la Ciudad Condal consideran la gestión de Colau como el segundo problema más grave de la capital catalana, sólo por debajo de la inseguridad y la violencia en las calles.
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Por debajo de la alcaldesa se encuentra el paro (8,1%), el acceso a la vivienda (8,1%), la suciedad (6,5%), la crisis económica (5%) y el turismo (3,9%) como problemas más graves de Barcelona.