Ada Colau llegaba a la alcaldía de Barcelona en 2015 con un discurso populista en el que prometía, ante todo aquel que se parara a escuchar, un auténtico 'cambio' en la política, y en la forma de hacer las cosas, de la Ciudad Condal. Una promesa que, sin duda, la alcaldesa podemita ha cumplido... para desgracia de todos los barceloneses.
Y es que, desde la llegada de Colau al Consistorio, la economía barcelonesa no ha hecho más que caer, y no sólo debido a la pandemia del coronavirus que afecta a toda España desde hace más de dos años, sino principalmente, debido a la nefasta gestión de la alcaldesa.
Una gestión que ha hecho que Barcelona pierda proyectos económicos tan relevantes como el Hermitage, cuyos impulsores, cansados de los continuos desprecios de Colau, reclaman una indemnización de 150 millones al Consistorio; un dinero que saldrá de las arcas públicas, y que se unirá a la pérdida de la inversión programada para el proyecto, de 150 millones, así como la pérdida de 400 puestos de trabajo y cerca de un millón de visitantes al año.
Los gitanos de Cataluña inician una nueva cruzada contra los bufones racistas de TV3
Del mismo modo, Colau también ha permitido la 'huida' de otros proyectos, como el plan urbanístico del Four Seasons en Barcelona, o la ampliación del aeropuerto de El Prat.
Ahora, Barcelona tendrá que lamentar una nueva 'puñalada' de la alcaldesa contra su economía, debido a la más que posible cancelación de la World Race; y es que, de momento, se ha anulado la edición de 2023, siendo casi imposible de que se retome el proyecto, al menos en Barcelona, en un corto plazo de tiempo, tal y como asegura Crónica Global.
Una nueva pérdida de proyectos económico, provocada generalmente por la caída de la reputación internacional de la Ciudad Condal y al miedo que provoca la inestabilidad politica de Cataluña, que hará que Barcelona pierda un mínimo de 20 millones de euros.
Los expertos advierten a Colau
Situación económica que empieza a ser preocupante en Barcelona debido, no sólo a la brutal crisis económica que sufre la Ciudad Condal, sino a su nefasta reputación internacional, que ha acabado con los años en los que Barcelona estaba considerada una de las mejores ciudades europeas para visitar.
Y es que el 'no' rotundo de la alcaldesa a los proyectos internacionales, unido a la suciedad que se ha adueñado de la ciudad, y a la brutal ola de delincuencia que sufre Barcelona, que registra un delito cada cuatro minutos, han hecho que la Ciudad Condal haya dejado de ser uno de los diez destinos favoritos de los extranjeros.
Salió el gordo: por fin admiten que el procés solo fue un negocio
Algo sobre lo que el presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos, ha querido advertir públicamente a Colau, explicando que "Barcelona no puede seguir en el 'no' a todo. Alguna vez, alguno de estos 'nos' tendrá que convertirse en un 'sí'".
Un sí que podría ser la única salvación de Colau en los próximos meses en el Consistorio... y la única vía para que Barcelona recupere algo de su antigua grandeza, en pleno resurgir económico europeo tras la pandemia del coronavirus.