La tonadillera y nueva trabajadora de Mediaset, Isabel Pantoja no gana para disgustos.
Después del mal rollo que existe con su hija Isa P ahora el hijo de su primer representante le acusa de haberse aprovechado de él para cosechar la fama que hoy en día tiene.
Isabel Pantoja en apuros
La polémica ha apuntado de nuevo hacia Isabel Pantoja a cuenta de su descubrimiento.
Al parecer, Miguel Aller descubrió el talento de la tonadillera cuando ésta tan solo tenía 14 años y lo hizo cuando bailaba en un tablao flamenco mallorquín llamado Los Rombos.
Según cuenta el hijo de Aller, tanto Isabel como su padre, Juan Pantoja, acordaron que con él sacaría el primer disco pero nada de eso ocurrió. Tal y como cuenta Miguel Ángel, ambos se marcharon "con 5.000 pesetas en el bolsillo" incumpliendo así el contrato.
"Le llamó mucho la atención Isabel Pantoja. Así que habló con su padre para grabar un disco. Juan Pantoja, que también era conocido como Chiquetete de los Gaditanos, quiso aprovecharse y dijo que sí, pero con la condición de que a él también le grabasen otro disco. Y así ocurrió", continúa explicando el hijo del representante.
El contrato fue firmado el 20 de octubre de 1970 y es que lograron vender 1.000 copias del disco. "Mi padre le dio un anticipo de 5.000 pesetas de aquellos tiempos en concepto de adelanto por los royalties. ¡Era mucho dinero para 1970".
Miguel Ángel lamenta que cuando empezaron a saborear el éxito se marcharan sin dar explicación alguna. "Mi padre tenía muchos contactos y muy buenos con locutores de radio, y le pidieron que llevara a Isabel Pantoja para que cantara en directo, y la sorpresa fue que se habían esfumado con las 5.000 pesetas en el bolsillo. La noche de antes de la entrevista se fueron del hotel y se subieron a un barco sin decir nada".
"Mi padre se sintió engañado y traicionado. Intentó varias veces hablar con esta gente, y nada. No hicieron ni caso. De hecho ella a veces presume contando 'Hubo un disco que grabé cuando era joven...', pero nunca nombra a mi padre ni cuenta la verdad, que desaparecieron con el dinero que él les dio", confiesa.
"Fíjate que el propietario del tablao mismo no se fiaba de ellos y, después de cada actuación, les requisaba bajo llave los trajes de flamencos y los guardaban bajo llave para que no se los llevaron (...) Los Pantoja no tenían dinero, tenían muchas deudas. Quizás por eso se fueron sin decir nada".
Con el paso del tiempo, Aller decidió no emprender acciones legales contra ellos puesto que su abogado le aseguró que le iba a costar mucho dinero y le podría traer algún que otro disgusto. Sin embargo, lo que sí que intentó fue hablar con ella aunque resultó en vano. "Le escribió varias veces, la última poco tiempo antes de fallecer, pero ella siempre dio la callada por respuesta. Lo que me da rabia es que no admitió nada más. Y a mí ahora me sabe mal verla presumiendo de todo sabiendo el pasado que tiene. Pero vamos, que yo tengo en mi poder el contrato".