El momento más difícil de la Princesa Leonor: sus lágrimas tras estas palabras

Visiblemente feliz y emocionada, la Princesa Leonor ha protagonizado hoy el acto en solitario más significativo de los cuatro que ha realizado hasta la fecha, marcando el inicio de su despedida del año que ha pasado en Zaragoza. En una ceremonia llena de simbolismo, la Heredera ha recibido la Medalla de las Cortes de Aragón y el título de Hija Adoptiva, expresando su gratitud por el cariño recibido durante su estancia.

Leonor recordó su llegada a Zaragoza el pasado 17 de agosto "con ilusión y muchas ganas de aprender y conocer". Tras diez meses, su balance es muy positivo: "Lo que he vivido aquí supera con creces lo que pensaba hace diez meses. Me he sentido en casa, acogida y acompañada en una tierra que siempre formará parte de mi vida", afirmó la Princesa muy emocionada.

La Princesa se encuentra en la recta final de su formación en la Academia General Militar (AGM), con solo cinco semanas restantes para recibir su despacho de alférez. Desde su ingreso en un mundo desconocido, ha experimentado un crecimiento personal significativo: "No sólo me he formado como cadete, sino que descubrir la exigencia académica, intelectual y física me hace apreciar aún más al Ejército de Tierra y a nuestras Fuerzas Armadas", explicó sin contener la emoción.

La estancia de Leonor en Zaragoza ha puesto a la ciudad en el mapa internacional, destacando su formación en la AGM. "Les aseguro que lo que vivimos mientras nos formamos en la Academia nos une para siempre y nos hace crecer y madurar. Aquí hemos aprendido mucho", confesó la Princesa.

La ciudad y la comunidad autónoma han querido despedir a la Princesa con honores. La ceremonia se llevó a cabo en el histórico palacio de la Aljafería, uno de los tres edificios que quedan de la arquitectura hispanomusulmana de los Taifas. A las 10 de la mañana, todo estaba preparado para recibir a Doña Leonor, quien apareció media hora después vestida con su uniforme de dama cadete, caminando con seguridad y aplomo.

Para no restarle protagonismo, la Reina Letizia  no tuvo agenda programada y el Rey Felipe VI solo asistió a una audiencia menor, permitiéndole prestar gran parte del equipo de la Casa del Rey a su hija. Leonor estuvo acompañada en todo momento por Camilo Villarino, jefe de la Casa del Rey, Francisco de Lizaur, jefe de Protocolo, y Jordi Gutiérrez, jefe de comunicación, así como por la ministra de Defensa, Margarita Robles.

A su llegada, fue recibida por el presidente de Aragón, Jorge Azcón, y la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca. En el patio de Santa Isabel, la Princesa recibió la Medalla de las Cortes de Aragón, una distinción que su padre también recibió en 1986. Posteriormente, se dirigió al salón de los Reyes Católicos para firmar en el libro de oro.

Reconocimiento como Hija Adoptiva de Zaragoza

Más tarde, la Princesa llegó a la plaza del Pilar, rodeada de curiosos que querían verla de cerca. Allí recibió el título de  Hija Adoptiva de Zaragoza, aprobado por el consistorio el pasado 25 de abril como muestra de afecto y reconocimiento a su vinculación con la ciudad. La regidora le entregó la distinción en una ceremonia emotiva.

Doña Leonor continuó su recorrido a pie hasta la Seo del Salvador, donde fue recibida por el Gobierno de Aragón y dos expresidentes, Javier Lambán e Hipólito Gómez de las Roces. El presidente Azcón destacó la tranquilidad y lealtad de los aragoneses en su discurso antes de entregarle la Medalla de las Cortes de Aragón.

En sus palabras de agradecimiento, la Princesa resaltó el respeto y la amabilidad de los aragoneses: "Su apoyo ha sido y está siendo continuo. Estoy muy agradecida por lo que he vivido aquí este tiempo y lo que me está dando esta ciudad", aseguró, sintiéndose "una aragonesa más".

La jornada concluyó en el museo Alma Mater de Zaragoza, donde se ofreció un cóctel para más de un centenar de invitados, brindando a la Princesa la oportunidad de departir con ellos durante cerca de una hora.