El juez Carretero podría tener que dimitir tras el duro interrogatorio a Elisa Mouliaá
El Juez Adolfo Carretero ha sido duramente señalado por el interrogatorio de la actriz
Los vídeos del interrogatorio del juez Adolfo Carretero a la actriz Elisa Mouliaá y al exdiputado Íñigo Errejón han generado un aluvión de críticas. La dureza del juez con la denunciante contrasta con su tono más amigable hacia el denunciado. La situación ha desatado una tormenta mediática y podría poner en peligro la continuidad del magistrado en su puesto.
En los vídeos filtrados, el juez dirige preguntas incisivas a Mouliaá. Algunas de ellas han sido calificadas como humillantes y revictimizantes. Una de las más criticadas fue: "Dice que ahí este señor se sacó el miembro viril. ¿para qué se sacó el miembro viril, usted sabe para qué?". También insistió en si la actriz había protestado verbalmente o pedido que parara.
El tono cambió drásticamente cuando interrogó a Errejón. Desde el inicio, el magistrado preguntó si la denuncia era completamente falsa. Muchos han interpretado esto como un sesgo claro en favor del denunciado.
Las redes sociales estallaron tras la difusión de los vídeos
Usuarios de la red X calificaron el interrogatorio como "terrorífico" y "violento". Las críticas apuntan a que se trata de un caso de justicia patriarcal. que pone en duda la palabra de la víctima y la somete a un trato humillante.
Figuras públicas también han intervenido. Irene Montero, exministra de Igualdad, recordó que "solo sí es sí". Denunció que exigir resistencia explícita a las mujeres perpetúa la cultura de la violación. La jueza Victoria Rosell exigió medidas contra las filtraciones y el maltrato institucional.
La presión sobre el juez Carretero crece. Muchos exigen su dimisión. La forma en que llevó el caso podría considerarse un ataque directo a los derechos de la denunciante. Gritos, interrupciones y cuestionamientos fuera de lugar ponen en entredicho su profesionalidad.
Este caso refleja un problema más amplio en el sistema judicial. El trato diferenciado entre hombres y mujeres en casos de agresión sexual sigue siendo un tema de debate. Las instituciones tienen el deber de garantizar un entorno seguro y respetuoso para las víctimas.
En medio de la controversia, la credibilidad del juez está en juego. Las críticas no solo se dirigen a su actitud, sino también a un sistema que parece proteger más al acusado que a la víctima. Su permanencia en el cargo podría estar en peligro si la presión pública continúa aumentando.
El interrogatorio de Mouliaá no es solo un caso mediático. Es un reflejo de cómo la justicia puede fallar cuando se cuestiona más a la víctima que al acusado. Y, con ello, se agravan las heridas de quienes buscan protección y justicia.
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