Algunos de estos perritos son cachorros, tiene pocos meses de vida, pero son listos. Saben jugar con sus hermanos o con sus dueños.
Unos imitan los aullidos de sus dueños, parecen perros “feroces”. Otro perrito se ha encontrado con un espejo y le ladra a su propia imagen. Uno de ellos se ha encontrado en el jardín con un enorme tortuga y lejos de asustarse la utiliza para darse un paseo.
Con el secador de pelo no tienen buena relación le ladran como su fuese un monstruo.
En realidad, no hay ninguno de estos perritos que nos deje indiferentes. Se juntan la inocencia, con las ganas de jugar.