Se calcula que al estornudar el ser humano expulsa el aire a una velocidad de 160 kilómetros por hora.
Intentar evitar un estornudo puede enviar las bacterias que se expulsan a cavidades con mucosas o a los oídos facilitando que se produzca una infección.
En casos extremos, el aumento de presión interna por el aire que no se elimina puede provocar la fractura del cartílago nasal, una hemorragia interna o una lesión auditiva.
Recomendaciones
En tiempos normales es preferible dejar que el estornudo se desarrolle con naturalidad.
En tiempos del coronavirus es prioritario seguir las instrucciones sanitarias para evitar posibles contagios.