¿A qué juega Puigdemont?

Está en contra de la mesa de negociación y tiene allí a cuatro enviados especiales.

¿A qué juega Puigdemont?
¿A qué juega Puigdemont?

El independentismo consiguió a través del Procés partir en dos a la sociedad catalana. Pero su hazaña no va a quedar ahí. Carles Puigdemont se ha propuesto también partir en dos al propio independentismo: los que aceptan la vía del diálogo con Madrid (los malos patriotas) y los que no ven más camino hacia la independencia que la vía unilateral (los buenos), que es el caso del ex presidente fugado a quien Manuel Valls ha tenido que recordarle que Perpiñán está en Francia y no es Cataluña, aunque en sus sueños sea así. 

Puigdemont tiene a cuatro enviados especiales en la mesa de diálogo

Puigdemont tiene en la Mesa de Diálogo a cuatro enviados especiales, Quim Torra y Elsa Artadi, Jordi Puigneró y Josep Rius,  pero lo cierto es que no le interesa nada el tema. Él necesita acaparar el protagonismo y si no puede estar en la negociación prefiere reventarla y señalar con el dedo acusador a ERC por su sometimiento al gobierno de Madrid. A Puigdemont no le interesan las conquistas que pueda lograr Cataluña en estas conversaciones. Porque él no participa y porque el bando catalán acepta asumir la condición de Cataluña como autonomía española en contra de lo que él desea: un país independiente. (Puigdemont está ahora en contra del “Sit and Talk!: No quiere dialogar con España)

Se trata de restar trascendencia a los acuerdos que puedan alcanzarse en esa mesa, no vaya a ser que suceda algo importante y Puigdemont se quede fuera de los libros de historia. El expresidente fugado ni come ni deja comer y trata de jugar a dos barajas enviando a su tropa al combate para obtener información de primera mano mientras él no se mueve un centímetro de su posición: amnistía y autodeterminación.

¿A qué juega JxCat?

Dice Puigdemont dice que la Mesa de Diálogo no es útil porque "no se ha llegado a ningún acuerdo y lo que nos interesa son las decisiones"... "Como estamos convencidos de que, por desgracia, la manera de llegar a la independencia tendrá que ser superando una pared que el Estado tiene preparada siempre para nosotros, y no a partir de una mesa de negociación en la que podamos acordar los términos de un referéndum, tenemos que llegar a la pared más preparados que en otoño de 2017". 

¿A qué juega JxCat? ¿Qué pintan las marionetas que Puigdemont tiene apostadas en la mesa de Pedro Sánchez si no cree en lo que allí se discute? Si unido el independentismo no alcanza a aglutinar a una mayoría significativa de la población, mucho menos si avanza peleado. Y es evidente que JxCat y ERC circulan por vías distintas y de imposible reunión.

"La mesa de diálogo es una engañifa"

Y la clase política catalana está descolocada. Los comunes ponen el grito en el cielo porque mientras JxCat está en la mesa de diálogo, la compañera de correrías de Puigdemont, Clara Ponsatí, califica la mesa como "una engañifa". Y Jessica Albiach denuncia la incoherencia de la situación. Si es una engañifa... ¿qué hacen allí? (El golpista Puigdemont lleva la fractura y la crispación hasta la tumba de Antonio Machado)

"Es una contradicción estar en la mesa y decir que no te la crees", ha expresado Albiach en una entrevista de TV3, en la que ha tachado de campaña electoral de JxCat el acto de Perpignan (Francia) del sábado. Y ha defendido que la mesa de diálogo es una "oportunidad histórica" para solucionar el conflicto, reclamando no utilizarla como munición electoral.

Preguntada por las palabras del expresidente de la Generalitat y eurodiputado Carles Puigdemont en Perpignan (Francia), donde dijo que hay que prepararse por la lucha definitiva, Albiach ha replicado que no está asumiendo que la política está en una "nueva etapa". "Ha vuelto a coger el discurso y relato épico que ha generado expectativas frustradas", ha añadido, y ha asegurado que la gente está cansada de retórica y discursos.

"Antes pedían diálogo y ahora dicen que es inútil"

Y en términos similares de pronuncia Esquerra Republicana de Cataluña, socio de JxCat en el Govern de la Generalitat. Marta Vilalta, la portavoz del partido, ha recordado que “nos decían hace unos meses que sentarse a hablar era imposible y ahora nos dicen que la negociación no servirá para nada. Desde Esquerra, lo queremos todo y a la vez: diálogo y movilización en la calle, porque son dos caras de la misma moneda”, contraria a la opción de la unilateralidad por la que apuesta Puigdemont y que quedó claramente plasmada en el encuentro de Perpiñán. (Puigdemont insiste en la vía unilateral y toma el ejemplo de Kosovo)

Marta Vilalta ha advertido que sería "irresponsable" que el independentismo renunciara a dialogar con el Gobierno en la mesa de negociación. Y ha defendido la necesidad de compatibilizar el diálogo con la movilización de la ciudadanía en la calle, porque considera que es la única manera de avanzar, por lo que ha sostenido que "es un error contraponer" estos dos elementos.

Y ha instado a JxCat a explicar su posición: "Ya será JxCat quien hará valoraciones sobre las contradicciones que se han evidenciado la última semana".

Vilalta ha insistido en reivindicar la mesa de diálogo como una oportunidad para avanzar hacia la independencia: "Es irresponsable negar el diálogo, querer abandonar la vía de la negociación después de lo que ha costado poder tener abierta esta vía. Ha costado mucho, había gente que decía que era imposible hacer sentar al Gobierno español y ha pasado. Lo que era imposible ha pasado".

Así, pese a que reconoce que será una negociación difícil y es escéptica sobre cómo puede salir, ha subrayado que el independentismo no puede renunciar a ella y que la mesa no puede fracasar por culpa de la delegación catalana; "como mínimo por ERC", ha concretado.

Son tantos los intereses que hay en juego que los propios independentistas no se ponen de acuerdo. Curiosamente, los herederos del pactismo de Convergencia i Unió son ahora los intransigentes que ni quieren dialogar ni aceptan la negocaciación, mientras que a ERC, otrora peligrosos radicales, les toca ejercer el papel de estadistas ante la histeria colectiva que ha inoculado Puigdemont a los ¡suyos. Los unos por los otros, la casa sin barrer y los anhelos independentistas más lejos. Mucho más lejos. (Estos son los planes del bocazas Torra en la Mesa de Negociación)