A la irresponsable madre de la niña de las bengalas se le va a caer el pelo

Las imágenes más impactantes del duelo River-Boca, plagado de incidentes, son las de esta madre adosando una ristra de bengalas al cuerpo de su hija.

26 de Noviembre de 2018
A la irresponsable madre de la niña de las bengalas se le va a caer el pelo
A la irresponsable madre de la niña de las bengalas se le va a caer el pelo

El duelo River-Boca del fútbol argentino en el que se decide el campeón de la Copa Libertadores (el equivalente a la Champions League europea) ha dejado muchas imágenes lamentables por los incidentes que han rodeado al doble choque deportivo.

La policía localizó a la madre degenerada gracias a su reloj

Pero ninguna ha tenido el éxito viral de esta madre que trató de colar en el campo un surtido de bengalas adosadas al cuerpo de su hija.

Las imágenes, lamentables y penosas, se mire como se mire, han dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales. En ellas puede apreciarse a una madre colocando una ristra de bengalas adosadas al cuerpo de su hija para colarlas en el estadio sin ser vistas, cuando es público y notorio que la FIFA prohibe terminantemente el uso de bengalas en los recintos deportivos.

Entre dos y seis años de cárcel

Tanto la madre como la niña se identifican como seguidoras del River por su indumentaria. Y cuando las imágenes empezaron a viralizarse, la fiscalía argentina se puso manos a la obra para localizar a la madre irresponsable que era capaz de poner en peligro la vida de su hija ajustándole al cuerpo material explosivo.

Y gracias a un programa de tratamiento de imágenes, el cuerpo de Investigaciones Judiciales de Buenos Aires ha podido, gracias al detalle del reloj, dar con la madre pirotécnica. Buscando en las redes sociales a partir de ese detalle y de su afinidad con River, la Policía llegó hasta ella.

Con esos datos, Bellavigna solicitó la orden de detención de la mujer, luego autorizada por el juez, por “poner en riesgo la vida del menor a quien tienen el deber de proteger”. Se trata de un delito penado en Argentina con un mínimo de entre 2 y 6 años de cárcel.