La policía del barrio de Long Island, en Nueva York, recibía una llamada de auxilio de los padres de Thomas.
Aseguraban que el niño se había caído, y que había perdido el conocimiento.
Cuando los agentes llegaron a la vivienda, se encontraron al padre del menor haciéndole maniobras de reanimación. Inmediatamente, los servicios de emergencias trasladaron al pequeño al hospital, pero los médicos no pudieron hacer nada por salvarle la vida.
Sin embargo, las pruebas médicas que le realizaron mostraron que Thomas había sido "sometido a temperaturas de congelación", en contraposición a la versión de los padres.
El maltrato sale a la luz
Las cámaras de seguridad de la casa han sido la clave para conocer lo sucedido.
La policía ha descubierto que los padres castigaban a Thomas y a sus seis hermanos sin comida, y les hacían sufrir con temperaturas extremas.
"Todavía estamos investigando la extensión del abuso" explican desde la policía.
Aquella fatídica noche, Thomas, un niño con autismo, había sido castigado por sus padres a dormir en el garaje, que se encontraba a -7ºC. (¿Ha vuelto la 'kale borroka' a las calles del País Vasco?)
Los padres han sido detenidos, y todos los menores se encuentran a cargo de los Servicios Sociales.