El presupuesto familiar vive un equilibrio muy delicado en estos tiempos del coronavirus.
Y aunque hay gastos imprescindibles, siempre se pueden reducir un poco los gastos en suministros cambiando algunas rutinas.
Reducir la factura eléctrica
Revisar la potencia contratada, analizar si tenemos la tarifa adecuada, ver si podemos beneficiarnos de alguna bonificación y tener unos electrodomésticos eficientes es básico para reducir la factura eléctrica a fin de mes.
El modo ‘stand by’ es enemigo del ahorro en la factura.
Algo tan básico como cerrar las luces de los espacios que no estamos utilizando (lo que siempre nos recuerdan madres y padres) también ayuda.
Ahorra en la factura del agua
Instalar grifos termostáticos o con regulador de caudal, e instalar cisternas de doble descarga son recursos cada vez más utilizados en los hogares para reducir la factura de agua.
Hacer un uso eficiente del lavavajillas y de la lavadora (cargados a su máxima capacidad) también marca la diferencia.
Cambiar los baños por una ducha es básico para reducir el consumo.
Abaratar la tarifa telefónica
Las tarifas combinadas (móvil e internet) suelen ser las que tienen unas condicionas más ventajosas económicamente hablando.
Debemos analizar nuestras necesidades, informarnos bien y elegir la tarifa más adecuada.
Es tedioso, pero marca la diferencia y permite ahorrar una suma nada desdeñable cada mes.
¡Ojo con la publicidad atractiva, nos puede llevar a contratar algo que no necesitamos!
Para ahorrar en calefacción
En otoño volvemos a utilizar la calefacción en la mayoría de los hogares de España.
Algo tan sencillo como instalar burletes en puertas y ventanas mejorará el aislamiento de nuestra casa y nos ayudará a ahorrar en calefacción.
Ventilando a primera hora, utilizando alfombras y cortinas oscuras, bajando las persianas cuando cae el sol y manteniendo el termostato a 21 grados, podremos ahorrar hasta un 20% del consumo energético.
Persecución y tiroteo a plena luz del día en un pueblo catalán
Paga sólo por lo que necesitas
Cambiar ciertas rutinas nos ayudará a abaratar las facturas, pero lo esencial es tener claras nuestras necesidades para ajustar el consumo de suministros en consecuencia.
Lo principal es ajustar la potencia contratada en el caso de la luz, evitar los extras innecesarios en comunicaciones, mejorar el confort y el aislamiento de nuestro hogar y apostar por un consumo eficiente.