El 10 de octubre de 2017, nueve días después del referéndum ilegal celebrado a medias en Cataluña, el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, proclamó la independencia de la comunidad autónoma y acto seguido suspendió de inmediato los efectos de su declaración.
El establecimiento de la República Catalana duró menos de un minuto.
Una República 'fake'
Segundos en los que la ruidosa minoría independentista pasó del éxtasis a la decepción.
Un día negro para la democracia
Hoy se cumplen tres años de este día negro para todos los catalanes.
Puigdemont proclamó el establecimiento de la República Catalana como “Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social” pero su eficacia fue suspendida por él mismo ocho segundos después.
Ningún país reconoció la DUI
Absolutamente ningún Estado del resto del mundo reconoció este hecho político.
Un despropósito que se agrandaría cuando dicha declaración fue sometida a votación en el Parlament de Cataluña el 27 de octubre de 2017 y fue aprobada por 70 votos a favor, 2 votos en blanco y 10 votos en contra (los 53 parlamentarios constitucionalistas de Ciudadanos, PP y PSC habían abandonado el pleno).
Un incumplimiento de leyes que hizo que la tarde del 27 de octubre el Gobierno de España interviniera la autonomía de Cataluña a través del artículo 155 de la Constitución.