Un cáncer de piel se llevó a Copito de Nieve, el gorila albino que nació en 1964 en Río Muni, Guinea Ecuatorial, y llegó a Barcelona el 1 de noviembre de 1966. Después de 37 años como gran atracción del zoo barcelonés, murió el 24 de noviembre de 2003.
Copito de Nieve no sólo fue la gran atracción del zoo de la ciudad condal, también se convirtió en un símbolo de Barcelona, en un monumento más.
Un cáncer de piel acabó con Copito de Nieve
El gran primate padecía un cáncer de piel. A su muerte se le practicó una necropsia en la que se le extrajo material biológico (más muestras que al resto de animales dada su excepcionalidad como albino) y finalmente se le incineraró, como al resto de animales del zoológico.
El suyo fue el primer carcinoma de este tipo gorila, posiblemente por ser albino. El tumor en la piel, detectado en 2001 con una biopsia, fue tratado con un método poco invasivo, hasta que se produjo la metástasis, que afectó al pulmón y al hígado.
Ninguno de sus 22 hijos, 11 nietos y 3 bisnietos heredaron su condición albina
No se conoce en el mundo la existencia de otro gorila albino, lo que confiere a Copito de Nieve una singularidad especial. El doctor Jordi Sabater Pi lo compró a unos cazadores por 15.000 pesetas de la época, y alcanzó fama mundial al aparecer en la portada de National Geographic en 1967.
Intentaron cruzarlo para obtener descendencia con sus mismos genes, pero ninguno de sus 22 hijos (de los que aún viven tres), sus once nietos y sus tres bisnietos heredaron su condición albina.
Medía 1, 63 metros y llegó a pesar 187 kilos. El zoológico barcelonés guarda varias muestras de su ADN, lo que podría permitir una clonación, pero los responsables siempre se han negado a ello.