España tiene más de 16.000 cabinas de teléfono, desde las que se realizan menos de una llamada diaria de media.
Estas cabinas telefónicas implican un coste neto para Telefónica de unos 4,52 millones de euros al año.
De este negocio se encarga la multinacional española porque el Gobierno, después de que el último concurso convocado quedara vacío, escogió al operador español para dar este servicio.
Las cabinas, que suponen para la operadora un coste de 281,25 euros anuales, se salvaron de su desaparición el pasado 28 de diciembre.
El real decreto que salvó a las cabinas
El Ejecutivo aprobó un real decreto con el que prorrogaba el servicio universal de telecomunicaciones.
Pero a pesar del tiempo concedido, su futuro sigue sin estar claro.
Telefónica afirma que hay algunas cabinas que sí recaudan dinero, aunque reconocen que no se utilizan y como consecuencia, sube la media de coste para la operadora.