Dos golpistas se han convertido en las grandes claves para que se aprueben los presupuestos generales del Estado. Iglesias y Junqueras son la ‘salvación’ (o no) de Pedro Sánchez. Para el 2019, los ‘Podemitas’ tienen un plan soberanista y ya mueven los hilos.
Pablo Iglesias quiere a Oriol Junqueras fuera de la prisión, al igual que a todos los políticos catalanes encarcelados e imputados. Es su estrategia principal, en sus intentos de separatismo, para conseguir que Cataluña siga teniendo opciones de ser independentista.
Un presidente no elegido
El pacto entre Iglesias y Sánchez desembocará en la aprobación de los presupuestos, y tendrá a los independentistas de fondo. “Un dirigente político que no pertenece al Gobierno va a negociar los Presupuestos Generales del Estado con otro, preso y acusado de graves delitos, que quiere marcharse de España. Y lo hará, a más inri, en nombre de un presidente que no ha sido elegido por los españoles”, critican en EsRadio.
“El cabecilla del mayor golpe a la Constitución desde el 23-F”
“No puede serlo que ejerza de ministro de Economía un político sin esa cartera; que lo haga para seducir al cabecilla del mayor golpe a la Constitución desde el 23-F, y que todo ello lo sea con el impulso y el plácet de un dirigente que adopta decisiones trascendentales y abre debates estructurales a la vez que se niega a consultarle a los españoles su opinión en las urnas.”
“No puede terminar de buena manera”
“Ante ese panorama, lo mínimo que pueden y deben hacer los partidos de la oposición es denunciarlo, en cuantas instancias estén a su alcance, y tratar de evitarlo, con todos los mecanismos políticos y jurídicos a su alcance. Pero hay algo más a denunciar, tan importante -o más- como las cifras de los PGE y sus perniciosos efectos económicos: de dónde vienen, quiénes los firman y cuáles son sus objetivos reales. Juntar en la misma mesa a un partido que intenta destruir la Constitución, a otro que proclama su deseo de "romper la Monarquía" y a otro -irreconocible PSOE- dispuesto a cualquier cosa con tal de mantenerse en el poder; no puede terminar de buena manera”, sentencia el medio, crítico en su editorial.