La noche del viernes ha sido el primer día de campaña, y Puigdemont no se lo ha querido perder. Desde su escondite, ha realizado el primer meeting a través de videoconferencia.
Como era de esperar, ha tenido las típicas palabras para los golpistas presos y para sus familias. Ya parece un protocolo en cualquier acto independentista. En esta ocasión, delante de la prisión.
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Desde la comodidad de su mansión, ha explicado que ninguno de los sacrificios de los encarcelados ni de sus familiares será en vano. Dice que pasarán los años y se recordarán sus nombres, pero no el de los represores.
“No quedará nada más que el recuero oscuro y tenebroso de haber sido serviles súbditos del último Borbón que osó reprimir a los catalanes”. “Del último Borbón, porque no habrá otro”, ha reiterado.
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Esa no ha sido la única barbaridad que ha dicho. Cree que recordar a los presos diariamente será la “injusticia que perseguirá al Estado español”.
Y la traca final: “hoy sabemos que España ha preferido violar los derechos humanos y romper sus compromisos con el mundo, ha preferido ser señalado como un Estado que viola derechos fundamentales antes de admitir que tiene un problema político.
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Otra de las grandes catanazis, Laura Borràs, candidata al congreso por el grupo separatista, ha realizado el mismo discurso: “Estamos aquí porque queremos decirles que su compromiso y su lucha no es en vano”.
JxCat ha desperdiciado así su primera noche de campaña: "no estamos aquí para hacer campaña. No venimos a pedir el voto. Venimos a Lledoners porque tenemos presos políticos", ha explicado la conductora del acto, Pilar Calvo.
Pero no todo ha sido de color amarillo como les hubiese gustado. Antes de que empezara el acto se ha concentrado un grupo reducido de personas para pedir la falta de unidad entre partidos separatistas: “vergüenza de políticos”.