Cuando Fugademont todavía era presidente, allí en octubre de 2017, pensaba que declarar la independencia de Cataluña “sería devastador” para la sociedad catalana y que no saldría adelante la secesión.
Es por eso que Puigdemont quería convocar elecciones aquella fatídica noche. Lo sabían, como llevamos diciendo en Don Diario desde hace mucho tiempo.
Al día siguiente, la cámara aprobaría la declaración unilateral.
Conversación con Terradellas
El día anterior, mantuvo una conversación con Víctor Terradellas a través de Whatsapp. Con la hipótesis de que Puigdemont convocaría elecciones, a las 10:44 de octubre Terradellas le escribió: “Lo siento, ni nos has escuchado. Creo que nos lo merecíamos. Creo que todo iba adelante y que hubiéramos podido apurar hasta el último momento. Lástima”.
Le contesta Puigdemont: “No tenía ya ningún margen y el escenario era devastador para Cataluña. Lo siento, sé que no es fácil ni agradable de aceptar, pero no tenía ningún convencimiento de que saldríamos adelante”.
“Nos habían garantizado declaración esta tarde, Gorbachov. Dinero por parte china. Te pedíamos apurar, a las cinco viene emisario de Putin. Estamos en la puerta del palacio. Nos debes recibir, nos has de recibir. Retrásalo y danos tiempo”, le presiona Tarradellas.
“Yo ahora tengo que hacer comparecencia”, replicó el expresidente. Una comparecencia que se aplazó dos veces y que finalmente se haría efectivas pasadas las 5 de la tarde.
En lugar de convocar elecciones y frenar la aplicación del 155, Puigdemont anunció que el Parlament se reuniría mañana.
Tachado de traidor, incluso por Rufian: “15 monedas de plata”, es lo que le forzó a cambiar de opinión. (¡¡¡Los 'indepes' querían montar un ejército catalán con mercenarios de Estados Unidos!!! ¡¡Han perdido el 'oremus'!!)