Mientras el independentismo se lame las heridas tras el anuncio de las penas que la Fiscalía y la Abogacía del Estado (en menor medida) reclaman para los protagonistas del golpe de estado catalán, aparecen nuevos datos que dejan con el culo al aire a sus "inocentes" víctimas.
Rebelión, sedición y malversación. Sí, también malversación de caudales públicos para hacer realidad su capricho de romper España. Ellos lo niegan, pero cada día que pasa aparecen más pruebas inculpatorias.
La última, recogida por la Fiscalía, habla de que el gobierno golpista de la Generalitat destinó 60.000 euros de dinero público a fortalecer su posición en Estados Unidos a través de su aparato de propaganda.
El precio de retorcer la realidad en el Washington Post
Una delegación de la Generalitat contrató a la consultora norteamericana SGR Goverment Relations and Lobbying para vender la mejor imagen del referéndum ilegal que se vivió en Cataluña el 1 de octubre de 2017 de la manera que mejor convenía a los golpistas.
Y en los documentos que obran en poder de la Fiscalía consta el pago de 60.000 euros con la particularidad de que la consultora "se comprometía a facilitar la realización de actividades políticas 'de difusión" por espacio de tres meses, un periodo que podía ser prorrogable.
The Washington Post habría sido el destino de ese dinero para conseguir una información amable sobre las fechorías que tenían previsto llevar a la práctica en Cataluña por esas fechas.
La fiscalía añade que "el entonces presidente de la Generalitat y hoy procesado rebelde -Carlos Puigdemont- apareció en varios medios de comunicación estadounidenses, y publicó el 22 de septiembre de 2017 en The Washington Post un artículo titulado 'Disculpa, España. Cataluña votará sobre la independencia, te guste o no', siendo entrevistado el 28 de septiembre por el New York Times".
Y luego niegan que hubiera malversación. Lo de la propaganda norteamericana sólo es la punta del iceberg de una operación perfectamente planificada.