Nada menos que 21.400 euros le ha costado a los catalanes el viajecito de Quim Torra a Suiza para visitar a las ilustres fugadas de la Justicia Anna Gabriel y Marta Rovira.
Como no lo va a pagar de su bolsillo, el dinero deberá salir de los presupuestos de la Consejería de la Presidencia de la Generalitat, cuyo origen está en el bolsillo de todos los catalanes, también de los que están en contra de la pantomima del Procés y que, además, son mayoría. (Quim Torra (el president turista) se va de gira por Suiza y Bélgica)
Torra estuvo en Ginebra y Zurich los días 17 y 18 de octubre con el fin de “retomar el contacto con la comunidad catalana residente en el país helvético, que actualmente cuenta con dos ex diputadas del Parlament exiliadas”.
Queda claro que Torra no se alojó en la Pensión Lolita o que su séquito no fue precisamente modesto a tenor del dinero que se pulieron en apenas 48 horas de estancia en el país helvético. (Denuncian al golpista Torra en Suiza por incitar a la violencia)
Torra se llevó a ocho turistas y a sus guardaespaldas a pensión completa
Una información de El Mundo ha permitido conocer las cantidades gastadas. Como Torra no puede viajar solo, se llevó a ocho personas como turistas, a las que hay que añadir sus escoltas.
Según los datos oficiales, Torra gastó 8.200 euros en transporte, 8.100 en alojamiento , 677 en dietas y 4.300 en otros gastos, que seguramente incluyen alguna que otra fiestecita a la salud de los contribuyentes catalanes, aunque oficialmente se justifican por dos ofrendas florales y el alquiler de una sala para hacer una recepción a la comunidad catalana residente en Suiza.
Torra no perdió el tiempo y convenció a la Universidad de Ginebra para pronunciar su tradicional conferencia en la que siempre queda claro que "España es muy mala" y "nosotros somos muy buenos". En esa conferencia pidió una mediación internacional para forzar a España a negociar.
Este gasto de 21.400 euros entra dentro del apartado del turismo del president, que en julio ocasionó un gasto de 19.500 euros por el desplazamiento de su séquito para visitar a la amiga Clara Ponsatí, retenida en Escocia porque no se atreve a pasar cuentas de sus actos ante la justicia de su país.